“Mi única explicación es que así como los hechos reales se olvidan, también algunos que nunca fueron pueden estar en los recuerdos como si hubieran sido.” Gabriel García Márquez
Se mezclaron las dos versiones de los hechos, las de siempre. ¡Para qué esforzarnos por ser originales! En la primera soy la víctima, en la segunda soy la victimaria. Los malos y los buenos en distintas versiones no se reconocen y no quieren hablar de la Verdad.
Los roles se pasan entre nosotros como realidades constantes, hoy podrás ser el protagonista, mañana ni siquiera te llaman para completar la tribuna del fondo…
Cuando soy la víctima siempre estás en mi vida. Dando vueltas, mareándome y sin encontrarnos nunca, salvo en algunas ocasiones en las cuales me salía perfecto mi papel del día. Me empujabas, me decías que la nada siempre te hablaba de nosotros. Siempre creíste en lo que no existe, lo raro de esto es que nunca creíste en mí si no estaba.
Pero cuando me cambio la remera y tengo el permiso de ser la victimaria, las verdades nunca llegan a encajar completamente. Las distancias se consumieron cuando ya estaba disfrazada de la “mala”, y ahora me crees poco y nada… ¡esa nada siempre metida en el medio de los dos!
La imprudencia, es otra de esas malditas compañías, que te pierden en los momentos. “Lo que no nos dijimos nunca, lo que nunca nos debimos haber dicho”. Esta frase ya la escuche por otros cuentos dentro de otros vientos y caminos. Si sos reciclable servirás cuando soy la protagonista malvada.
Los malos y los buenos, los de siempre y los de costumbre, los pocos creíbles y los increíbles, los lleno de nada y los que se llevan todo. No te creas que no me di cuenta de lo rápido que nos intercambiamos los papeles.
Expertos en hacer mal al otro cuando éste planeaba hacernos tanto bien.
Expertos en intentar hacer bien al otro cuando éste miraba para otro lado.
Presidente Avellaneda
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*"Nada hay dentro de la Nación superior a la
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Hace 1 semana