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sábado, 6 de diciembre de 2008

Para que sean más que “proyectos de ilusión”

Desde los distintos inicios históricos, culturales, y sociales de los medios de comunicación, éstos se presentaron ante los ojos de sus inventores y de los que agentes del poder como medios que podían llevar y expandir intereses, pensamientos “de los buenos y de los no tan buenos”. Eran “demasiado” como para dejarlos en manos de las personas comunes y corrientes. De esta manera, por temer a la rebeldía, al no respeto por la autoridad, y seguramente, otros curiosos motivos, los medios de comunicación estaban exclusivamente en manos del Estado; regulados y limitados por éste organismo político.
Cabe destacar que en un primer momento no se los pensó a los medios de comunicación como se los piensa -o se los quiere pensar- en la actualidad: para la expresión del pensamiento y del arte, para la difusión masiva de la información de las más diversas índoles, para el consumo de los individuos. En aquel inicio, se los creó y consideró para fines fundamentalmente bélicos: el telégrafo óptico y eléctrico, la radio, el teléfono, e Internet, son sólo algunos de los ejemplos.
En paralelo, a medida que los conceptos y los ideales capitalistas se expanden por el mundo entero, los medios de comunicación podrían ser recursos estratégicos en la venta y comercialización empresarial. Todavía no se pensaba a las masas como posibles usuarios. Pero esta concepción cambió de a poco y por distintos factores. De esta manera, las familias, y luego los individuos por separado, fueron el principal foco para el consumo de los medios de comunicación.
De las manos del Estado fueron pasando a otras manos, manos que poco y nada querían saber de la difusión de las problemáticas sociales, de los pensamientos, de las carencias de la sociedad, pero sí tenían que ver con las ventas y el consumo masivo, con las modas, los usos y desusos en la menor cantidad de tiempo posible.
Hoy, los medios de comunicación mediante las grandes productoras multimedios sin manejadas por algunos pocos. Un oligopolio respaldado por las leyes que se resisten a mirar a la gente no como meros consumidores sino también como posibles productores. Hoy las leyes de radiodifusión no respaldan a la comunicación comunitaria, espacios que no pretenden lucrar con el tiempo, el conocimiento, y el intelecto de la gente.
Los proyectos sobre la Ley de Radiodifusión que circulan hoy en la Argentina hacen hincapié en estas cuestiones: artículos que son necesarios cambiar, reformularlos, y otros, que son fundamentales agregar. Creo que esto posibilitará la “libertad de expresión y de prensa”; derechos de la humanidad que en algún momento, los medios supieron ser abanderados, pero hoy se respaldan en estos mismos discursos para justificar los mecanismos de las cuales hacen uso.
Considero, a modo de hipótesis, que como hoy en el imaginario colectivo existe un descrédito para con lo que dicen y muestran los medios de comunicación, de esta misma manera, podrá suceder un cambio de modelo. Considero que las transformaciones son posibles cuando lo que pasa de alguna “molesta”, afecta, existe, toca e involucra a la gente. Es en ese momento en el cual las personas comienzan a involucrarse, moverse del lugar donde siempre las invitaron a sentarse. Pero, para esto, es fundamental que el poder político reformule las leyes vigentes de radiodifusión y así intentar que exista la pluralidad de medios. Sin el actuar del aparato político, las propuestas quedarán solamente en “proyectos de ilusión”.

martes, 2 de diciembre de 2008

“Me contaron que se va a caer…”


El flamante edificio ubicado en las esquinas de Entre Ríos y Ayacucho, en la ciudad de Posadas, Misiones se encuentra en una etapa de re-construcción.

Los rumores que aún hoy circulan alrededor de éste contaban un cuento de abandono de las obras porque “el edificio está mal hecho, desde el inicio”.

La historia narra sucesos, opiniones, comentarios que giran alrededor de este enorme edificio por muchos años abandonado.

- ¿Pero cómo, no era que se estaba por caer?, comentó un transeúnte al pasar por Entre Ríos, frente al edificio.

Hace pocos meses, para sorpresa de muchos “conocedores del tema del edificio frente a la plaza San Martín que estaba torcido y por caerse”, se inaugurará a mediados del año 2010.

La Jefa de Ventas de la Inmobiliaria que trabaja con la empresa constructora que re-construye el edificio nos contó que era verdad que había un problema con la columna del edificio pero que pudieron solucionar el problema y que en este momento está todo en regla.

“Se había dicho que no tenía solución lo que pasó (…) Cuando empezamos sabíamos que era un Ave Fénix, por así decirte o todo lo contrario porque había un estigma en la sociedad, y había que luchar contra eso (…) Pero claro, hay un tema… que la gente necesita ver para creer.”

Un desafío que aún se mezcla con los rumores dentro de la ciudad, y que también ha llegado al interior de la provincia de Misiones, en los posibles compradores:

“La gente se comenzó a acercar porque quiso, de algún modo por la ubicación del lugar, te estoy hablando de gente de Posadas. La gente del interior interesada nos llama preguntando ¿se va a caer?”

Al mismo tiempo, desde la calle Ayacucho y Entre Ríos, al mirar hacia arriba se pueden observar los carteles que dicen “Vendido” o “Reservado” sobre los balcones en construcción del imponente edificio que contará con más de diecisiete pisos

Un emprendimiento que implica un desafío importante, la lucha con los mitos y los rumores urbanos que aún, en este caso, circulan entre las calles de la ciudad.

Y aún por los alrededores de la obra en construcción o cuando algunos “conocedores” del tema se refiere a este imponente edificio se los escucha decir:

“¿Cómo? ¿No era que se iba a caer?