Me mordí los labios. No estabas. Te
pensaba y te recorría a la distancia. Una distancia que no recuerdo porque
había cerrado los ojos mientras nos alejábamos, mientras que mentías amor y yo
engañaba lo que creía.
Y no era nuevamente que se repetía la
situación –que estas palabras ya las había dicho antes, que vos ya me habías
mentido diciendo alguna que otra verdad-; era que tu cuerpo y tu nombre tan
cerca de mí que ya no me decían nada. Era eso lo que dolía –de mentiras, pero
todos sabemos que las mentiras duelen más.
Yo me perdía en tu mirada como en tu
nombre –destino, destino, destino-. Pero otro nombre con otra mirada me
recurre, me engaña con su boca mentirosa y su aroma a paz y a sabiduría. Ya es tarde para volver.
Caí en la cuenta –como reiteradas
veces- que los años se alejan para siempre pero detengámonos en esta idea y
definamos ese “para siempre” tan ruidoso. Cuando decimos “para siempre” podría
significar “hoy no”. Estoy segura de que en esos sentidos transitas por aquí. Un “no para siempre” en mi vida, un “no para
siempre” en el presente que no lograra ser mañana porque será nuevamente es
“hoy no” cuando nos acordemos.
----------------------------------------------Todos
los días me decís que no, yo te digo que no, él nos dice que no, ella no se
acuerda ni de nuestros nombres pero igual por las dudas dice que
no.-------------------------------------------------------
Porque no comprendo el porqué te
escribo. Me pierdo en lo que no soy y todavía no somos. Todo se parece, todo se
recurre y nos empuja hacia ese abismo, hacia una nada que aún no logra
explicarnos. Y me pierdo. No soy yo cuando aparece. No soy yo cuando se mete entre nuestras
sábanas y nuestras frases poco célebres.
No digas su nombre –destino-. Me lastima.
Ya no hablemos de él, ya no existe, no me nombra más, y yo también creo q ya no
existo. Me sangra ahora esta herida que no es nada pero duele tanto, confunde
tanto. Mete miedo. Mete bronca.
Y ahí estás por vigésima vez entre
nosotros, tu pasado, mi presente, nuestro futuro. No lo puedo evitar. Logra
hacerme-hacer. No me sostengo aunque te tenga de la mano.
Volvemos.
Aprieto los dientes, me muerdo los
labios para no llorar, para no decirte
que ya no puedo más y que no lo soporto. Me duele. No quiero más imágenes del
pasado.
Quiero nuevas fotos esta vez…
Y me pierdo en esos momentos y ya no
logro pensarte como antes.
Te olvide, recordándote cada día de mi
vida, deseándote cada día de mi vida….