BLOGGER TEMPLATES AND TWITTER BACKGROUNDS »

miércoles, 6 de junio de 2012

Entre construcciones de ayer




Lo uso de excusa a cada momento.
Volver a las palabras me tiene exhausta.
Me tiene encantada.
Volver a los textos me tiene atada (mal atada)
Me tiene atenta, excitada, anonadada, perdida entre lo que puedo llegar a decir de vos, y lo que no existe pero que igualmente me hace feliz.

Y la felicidad es posibilidad porque hemos caído, hemos sentido, hemos fallado. Es decir, hemos andado. De ahí es que la felicidad se nos trasmite en la piel, y la transmitimos al otro.

Y no importa para donde se destine el destino, las líneas, los momentos, las palabras, las nociones. Lo que importa es mantenerme despierta ante tus palabras, que se entrecortan, que no las alcanzo a escuchar, que me dicen poco. Pero dicen, me dicen, te dicen.
Igualmente, estar frente a las páginas que se escriben es eso lo que me fascina.  Y lo único que me interesa.

Y es por eso que te tengo a lado mío. Y es por eso que no me voy de ti… y que no te vas de mí. 
Te invito a que te quedes a dormir entre mis historias, entre construcciones de ayer. Apartas la ropa sucia y los restos de nos-otros mismos y te desplomas.

Mis dedos se movilizan. Ellos quieren alcanzarte. No mis pies, sino mis dedos, mis manos que te exploran en la oscuridad –aunque sean en la oscuridad de las palabras-. 
Mis dedos te investigan, quieren tener registro. De cómo sos al decir, de qué relieves forman parte de vos. También mi nariz te recorre, te indaga, te cuestiona.
Los sentidos se entre/cruzan y ya hasta mis manos te olfatean.

Y perpetuo el momento. No quiero que se me escape.
Y cuando vos te alejes por protocolos re impuestos, tan pasados de moda como pasados los años, yo seguiré entre tus palabras, entre estas líneas.

La soledad es la que nos guía. A los dos, aunque la vivamos y atravesemos de distintas maneras. A vos, la soledad de no querer nunca es figura, sino simple palabra. Para mí, la soledad se sienta en mi mesa, comparte mis sueños y de vez en cuando duerme entre mis piernas. 

Podría ser la mujer de tu vida. Pero no era buena para ti, era solamente buena para mi. La mejor para mi.

Te lo vuelvo a decir. Le/lo escribo para no olvidarlo porque solamente entre estas líneas existe en mí para siempre. Sin nombre, pero existe.