Me había pasado el tiempo haciendo
pura cuentas de amores que no te enamoran (siempre podemos restar para sumar).
En este tiempo solías decirme que me amabas cada vez que me odiabas. Y cuando
empezabas a odiarme en serio, sabías que pronto nos olvidaríamos. Al hacer
estos recuentos me había olvidado de decirte tantas cosas, así como se me pasó
olvidarte (por mi propia conveniencia) se me pasó decirte todas esas cosas que
ninguno de los dos quiere oír. ¿Qué esperan? No las pensaba decir en esta
oportunidad.
Te sigo observando atravesando con veloces pasos mi cuerpo, mi alma, mi
aliento, mi egoísmo, mis tontas palabras, mis años. Y yo te atravesé por
completo al ser presencia en cada momento de tu esmero en olvidarme (que tan
bien te sale). No lo íbamos a saber hasta tiempo después de todo: lo nuestro era
más que lo que podemos sumar y restar con nuestros dedos y manos. Y aunque ellos
no crucen las plazas juntas, se entienden, se reconocen, aunque jamás se hayan
juntado.
Y pronunciaba carcajadas cada vez que su aliento me rozaba los dientes.
Nunca había sufrido de eso que llaman cosquillas hasta que descubrí que él se
concentraba tanto que me despertaba el deseo de saber qué tan concentrado
estaba y cómo podía hacer para que se perdiera y cayera distraído ante mi afán
por esquivar esos momentos.
Te desafíe. Te escribí esas canciones sin nombre que nos dedicamos cada
vez que quisimos olvidarnos. Y yo estaba en cada paso, en cada construcción (al
menos en el intento de no estar). Las
canciones fueron nuestras posibilidades de encontrarnos: las posibilidades del
amor y del deseo se resumían y se extendían en aquellas letras. Pero en estos
finales, tenía que confesarlo: las canciones habían sido tantas que poco a poco
fueron perdiendo sus versos, sus melodías, luego sus colores y al fin sus
sabores para solamente hablar de nosotros. Y habían perdido todo lo que les
pertenecían y nos entregaron el tiempo para nuestra historia.
Y jamás se te iba a ocurrir, pero cada noche nos acostábamos suspirando
por lo que fue y por lo que pudo haber sido. Lo que fue me lleva hasta vos, lo
que pudo haber sido, me marea entre todo lo que decís.
0 comentarios:
Publicar un comentario