BLOGGER TEMPLATES AND TWITTER BACKGROUNDS »

viernes, 1 de febrero de 2013

Algunas canciones y cuentas de amores



Me había pasado el tiempo haciendo pura cuentas de amores que no te enamoran (siempre podemos restar para sumar). En este tiempo solías decirme que me amabas cada vez que me odiabas. Y cuando empezabas a odiarme en serio, sabías que pronto nos olvidaríamos. Al hacer estos recuentos me había olvidado de decirte tantas cosas, así como se me pasó olvidarte (por mi propia conveniencia) se me pasó decirte todas esas cosas que ninguno de los dos quiere oír. ¿Qué esperan? No las pensaba decir en esta oportunidad.

Te sigo observando atravesando con veloces pasos mi cuerpo, mi alma, mi aliento, mi egoísmo, mis tontas palabras, mis años. Y yo te atravesé por completo al ser presencia en cada momento de tu esmero en olvidarme (que tan bien te sale). No lo íbamos a saber hasta tiempo después de todo: lo nuestro era más que lo que podemos sumar y restar con nuestros dedos y manos. Y aunque ellos no crucen las plazas juntas, se entienden, se reconocen, aunque jamás se hayan juntado.

Y pronunciaba carcajadas cada vez que su aliento me rozaba los dientes. Nunca había sufrido de eso que llaman cosquillas hasta que descubrí que él se concentraba tanto que me despertaba el deseo de saber qué tan concentrado estaba y cómo podía hacer para que se perdiera y cayera distraído ante mi afán por esquivar esos momentos.

Te desafíe. Te escribí esas canciones sin nombre que nos dedicamos cada vez que quisimos olvidarnos. Y yo estaba en cada paso, en cada construcción (al menos en el intento de no estar).  Las canciones fueron nuestras posibilidades de encontrarnos: las posibilidades del amor y del deseo se resumían y se extendían en aquellas letras. Pero en estos finales, tenía que confesarlo: las canciones habían sido tantas que poco a poco fueron perdiendo sus versos, sus melodías, luego sus colores y al fin sus sabores para solamente hablar de nosotros. Y habían perdido todo lo que les pertenecían y nos entregaron el tiempo para nuestra historia. 

Y jamás se te iba a ocurrir, pero cada noche nos acostábamos suspirando por lo que fue y por lo que pudo haber sido. Lo que fue me lleva hasta vos, lo que pudo haber sido, me marea entre todo lo que decís.

0 comentarios: