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miércoles, 20 de agosto de 2008

“Los “medios” para estar a la Moda …”

Muy atrás quedó en la historia de la humanidad, aquel primer momento en que el hombre para protegerse del frío empezó a cubrirse con pieles de animales. Todos conocemos esa parte de la historia. Luego, además de protegerlo de las bajas temperaturas, la vestimenta que el hombre utilizaba fue una forma de distinguirlo y diferenciarlo de otros hombres: de menores o mayores recursos, de hombres libres o esclavos, etc. Ha pasado de esto bastante tiempo, y las historias que solemos contarnos en esencia no cambian mucho.
En la actualidad, lo que vestimos, los accesorios que usamos, las nuevas o renovadas prendas que están en las vidrieras, las marcas que nos dicen lo que es o no “fashion”, nos colocan fuera o dentro de un Mundo, más conocido como el Mundo de la Moda.
Las Tecnologías de la Información y la Comunicación cumplen un papel muy importante y crucial en la difusión de este mundo paralelo. Gracias a las TICs es posible que este “espacio” sea cada vez más grande. Las revistas de moda, los desfiles, sus nuevos lanzamientos, sus publicidades, sus modelos ocupan un lugar importante en los medios escritos, y audiovisuales.
En el siguiente ensayo intentaré analizar algunos aspectos de la relación de la moda en los medios de comunicación con el fetichismo de la mercancía, y su lugar dentro de las sociedades de control. Como objeto de análisis concreto me basaré en la producción cinematográfica “El diablo viste de Prada”, película que parodia a ese mundo que suele conocerse como artificial.


Un Mundo Exclusivo

La película “El Diablo viste de Prada”, basado en el libro de Lauren Weisberger, cuenta la historia de una periodista recién egresada que comienza a trabajar en una importante revista de modas de Nueva York. El film nos habla de lo competitivo, exigente y “endiosado" que suelen ser estos ambientes donde la apariencia es lo más importante. La película critica lo frívolo de este mundo, donde está mal visto no ser superdelgada, usar un zapato cómodo, no sentir adoración por las grandes firmas de la moda. Aquí, Dolce, Galbana, Manolos, Prada, Versace son algunos de los nombres de los nuevos dioses.
Y aunque la película es un cliché de una clásica historia norteamericana con un final feliz, moralista sobre la integridad, y vuelta al buen camino, podemos encontrar en ella esos elementos que caracterizan a este ambiente. En algunos personajes de la película lo más importante es vestir siempre un buen zapato de taco aguja, además, se caracterizan estar obsesionados por su imagen, y donde un mal peinado puede acabar con su carrera. En este lugar, y en incontables escenarios sociales, la imagen conquistó el lugar más importante; los valores, la vida personal están muy lejos de lo trascendental que sería una buena y “correcta” manicura.
Me pregunto, ¿cuáles son los medios para estar a la moda? ¿Cuál es el precio que las personas están dispuestas a pagar para formar parte de ese mundo? ¿Alguien escapa de la seducción de esas ofertas? Considero que lo importante es entender y poder definir cuales son los límites, reflexionar sobre la importancia de lo que nos “ofrecen” desde la televisión, los diarios; poder repensar lo que nos están vendiendo, y lo nosotros estamos comprando de este “pseudo-mundo”: marcas, moda, confort, el “sueño americano”, status, prestigio, posibilidades, belleza, etc.
Además, si nos ponemos el traje de comunicador social en este caso sería uno de gala que llame mucho la atención ya que su función dentro de los medios de comunicación masiva (por ejemplo, una revista con trayectoria internacional como es el caso de la película) es decisiva y fundamental para este ambiente. Los medios le brindan a este mundo la posibilidad de difusión, de publicidad, de alcance a la mayoría de la población.
Estas producciones (revistas, publicidades, desfiles) de alguna manera han logrado instalarse en nuestro día a día. De este modo, el mundo de la moda (el cual pareciera que le falta el relleno), el mundo de lo se ve, de lo que mostramos sobre nuestro cuerpo, el mundo de lo que “nos entra por los ojos”, el mundo de la primera impresión acaparara todos los ambientes sociales, y está también ahí, en lo que “sale” en los medios de comunicación.


El precio de la Moda

“Esos brillos fugaces, símbolos de poder, distinguían a los mandones de los mandados.
Como ahora.” Eduardo Galeano.

Sin lugar a dudas, esto pareciera que ya se nos escapó de las manos, manejar y tener los recursos para acceder a las “nuevas y siempre nuevas” tendencias de la moda nos ofrecen más que color y “buen estilo”, son símbolos de un poder que se renueva con cada estación. La posibilidad de adquirir distintos accesorios de determinado diseñador, nos demuestran, y trazan la línea que separa los que están dentro o fuera del Mundo Fashion.
Pero este espacio va más allá de la posibilidad de recursos para adquirir o no lo que nos venden, éste también cumple otro rol, el cual por el brillo que desprende, muchas veces puede llegar a encandilarnos. La moda dentro de los medios de comunicación funciona como mecanismos de control en las actuales sociedades, porque aquí no solamente funcionan mecanismos como cámaras, bases de datos, etc. sino que de una manera muchas veces “sutil y de colores” nos imponen o “insinúan” el cómo vestirnos, lo que es acorde a determinada situación y contexto, los colores que corresponden a cada estación, lo cómodo, lo bello, lo estéticamente correcto. En fin, “lo que corresponde”. De este modo, los medios de comunicación, el cine, las revistas de moda muchas veces te “aconsejan” como combinar tu mascota con la cartera. Con estas herramientas los mecanismos se aseguran dentro de las sociedades de control la garantía del orden.
Otro aspecto que cobra gran importancia es la cuestión del mercado que gira en torno a la moda y de sus medios de difusión. En las sociedades de control el mercado “es conquistado ya por especialización, ya por colonización, ya por baja en los costos de producción. Pero en la situación actual, el capitalismo (…) es un capitalismo de superproducción (…) para el producto, es decir para la venta y para el mercado. (…) El marketing es ahora el instrumento de control social” (Deleze). De este modo, con la baja en los precios de algunas producciones de vestidos, accesorios, cosméticos (cabe recordar que estas “baratas ofertas” siempre pertenecen a las denominadas “de segunda mano”, imitaciones de las grandes marcas), y ya instalada la idea de necesidad de estos productos como un estilo de vida deseable, ideal se hace posible que el modelo de producción capitalista siga, tranquilo, su curso. La mercantilización de todas estas ofertas, cada vez de más bajo precio pero que el individuo para seguir perteneciendo al “mundo de la moda” le es “conveniente” renovarse todo el tiempo. La moda como un producto necesario pareciera convertirse en una herramienta específica en las sociedades de control.
Y así, la seducción que ofrece las posibilidades de acceso se hacen ver en la incitación al consumo por parte de los responsables en generar estos discursos: los representantes de las grandes marcas en los medios de comunicación. Entonces, es importante prestar atención a estos procesos que no son nada inocentes, cómo estos mecanismos logran incidir en nuestros comportamientos, y también no olvidar el papel de los medios como generadores de sentido.


Los sujetos: objetos a la moda

“(…) Nosotros, los humanitos: (…) los únicos animales que inventan máquinas, los únicos que viven al servicio de las máquinas que inventan.” (Eduardo Galeano)

Los primeros motivos por los cuales el hombre comenzó a cubrirse su cuerpo ya han quedado en un plano de poca relevancia. Lo importante ahora (advertencia: la lista suele ocuparse de los más mínimos detalles) es tener unos buenos tacos altos, cuanto más caros mejor, un buen peinado, los colores que se están usando, que te entre un talle de pantalón 0, las medidas de busto, cintura y cadera “ideal”, manicura y pedicura completa, una cartera exclusiva para cada ocasión, etc, etc.
Para Marx, el fetichismo de la mercancía consiste en dotar a determinado objeto de características que no les son propias de su naturaleza, su esencia, su definición en tanto objeto social; así a estos objetos se les atribuyen características humanas (...) se personifican y se transforman en sujetos” (Kohan, Néstor). De este modo, los objetos con los cuales nos vestimos ahora se han convertido en sujetos, “externos”, como si tuvieran vida propia. Estos objetos, disfrazados de belleza y ofreciéndonos un “status”, se incorporan a nuestro día a día con valores y significados que no son los mismos para los que fueron creados.
Para agregar, podemos citar a Jesús Martín Barbero que dice que “el consumo no es sólo reproducción de fuerza, sino también producción de sentidos; lugar de una lucha que no se agota en la posesión de los objetos, pues pasa aún más decisivamente por los usos que les dan forma social.” (Jesús Martín Barbero). Así, las formas de usos, de valorización que las personas les van dando a estos objetos, son los que los convierten es sujetos/objetos.
Pero, ¿es posible repensar los significados/valores que tiene la moda? Claro que sí. No hay que descartar que siempre existen posibilidades de resistencia, de luchas y de cambios pero estas transformaciones podrán llevarse a cabo mediante procesos que no son cortos. En un primer lugar podemos comenzar a reflexionar sobre las formas de actuar de los sujetos sociales, sobre la importancia que tiene los objetos que adquirimos; replantearnos los valores que le otorgamos a las máquinas/objetos que producimos.



Conclusión
“Para terminar… el último grito de la moda”

Me han contado que “El Diablo”, el que siempre tiene el papel de malo en todas las películas, historias, sucesos se viste en las mejores tiendas de ropa del mundo. Se la pasa de compras en Paris, Nueva York, Milán. Pero también me han contado de su poder, de sus formas de llamar la atención e incidir en el “Mundo de la Moda”. La película “El diablo viste de Prada”, nos acerca a ese mundo paralelo, caracterizado por ser frívolo, artificial pero que maneja mecanismos que intentan garantizar el orden en el mundo capitalista de hoy.
Por otra parte, las formas que ha adquirido esta mercancía nos lleva al concepto desarrollado por Marx. El fetichismo, en este caso el de la moda, “desfila” en todos los medios masivos de la comunicación. Éstos han colaborado en su transformación en objetos/sujetos. De la mano de las TICs han abierto el camino a este mundo posibilitando la difusión de sus interminables producciones.

Pero el último grito la moda ¿existe? La frase cliché resuena en cada último desfile de moda, en cada “nueva temporada”. Un decir que pareciera nunca acabar. En la película, el final, como ya adelante, es un clásico final feliz. La joven periodista, que se había visto seducida por ese mundo vuelve a su vida cotidiana, a reencontrarse con sus valores. Contratan a otra joven en su lugar, tal vez la historia vuelva a repetirse, tal vez no.
Para concluir, quiero agregar que en una sociedad donde pareciera que lo que hace a la persona son las marcas de lo que consume, lo que puede llegar a comprar, la forma de combinar los accesorios, el país de procedencia de los perfumes que usa, es difícil “ser distintos” pero un primer paso es posible a través de la reflexión, el cuestionarnos sobre los valores y significados que le damos a los objetos que nos rodean.

1 comentarios:

Leandro dijo...

Hola Ita! Por sugerencia tuya vi la peli y me parecio que reflejaba tal cual el mundo de la moda... Este texto sobre la peli, con frases como la de la galeano "... los humanitos...los unicos que viven al servicio e las maquinas que inventan..." que se acoplan a una sociedad donde no todo es lo que parece, y la siganificacion que se le da a los objetos, ese fetichismo que decis, deja de lao una escala de valores y convicciones sobre la vida misma, como seres sociales que necesitamos del otro, y no creo que eso llegue por el poder de un objeto...
Ita, excelente texto... Aprobaste el seminario no? jajaja..
Un abrazo!!!