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domingo, 30 de diciembre de 2007

2008: No será mucho… pero es todo.

Decime que querés un poco más de este año que se nos viene. Asegurame que esperás que mañana algo vaya a mejorar. ¿No deberíamos entonces empezar a movernos? Y no sólo bailando la noche del 31.
Mañana quizás pertenezcamos a esa farándula tan codiciada pero hoy, y para mañana, no seremos más que otros de los tantos invitados a estas fiestas que suelen repetirse todos los años.

¿Qué podemos hacer con todo un año a estrenar?
Empezar, entender, disfrutar, mover, cambiar, pensar, hacer, hacer, y hacerlo de nuevo. Retomar lo que habíamos dejado para ayer, y que ya se fugó con el año que se nos pasó.
Entonces, pidámosnos mucho más: dame más, más vida, más situaciones para enfrentarlas, más experiencias para descubrirles su sabor particular, más fracasos para ahogarme en alcohol y pasarla tan bien esa noche, y tan mal al día siguiente.

Y los dejamos para algún después ¡Que el destino se encargue de ellos! Me refiero a esos cambios, obsesión de muchos. Solemos abandonarlos para estos finales de año, y que últimamente corren más rápido que las malas noticias. ¡Hace tanto que no nos sentamos a esperar nada! Nos resignamos a que los cambios lleguen solitos y golpeen nuestras puertas la noche del 31. “Esta difícil”, diría más de uno.
Pero podemos hacer de estos nuevos vientos, espacios para seguir buscando lo que en verdad creemos es para nosotros: amor, trabajo, Paz, dinero, Placer, felicidad, profesión, cariño (¡yo, yo! ¡yo quiero!), salud, Fiesta, algo que hacer. En fin, para que sigamos buscando nuestro Destino.

Nadie puede asegurar que las oportunidades siempre aparecen entre sombras y luz. Así que está en nosotros, como siempre, lograr algún vuelco a lo que tanto criticamos de nuestro alrededor. ¡Ya se! Seguimos haciendo lo mismo: palabras y más palabras que se repiten año tras año. Logra sacarnos de quicio y nos deja en el mismo lugar: los Sin Cambios pero ¡qué se puede ofrecer más que esperanzas en algún próximo futuro!

Tengo una idea… El 2008 podría servirnos para que seamos eso que todo tu alrededor suele tenerle miedo. Eso diferente y tan común que a mí me daría ganas, asquito y sueño, y a tu vecina nauseas y deseo. Más de los mismos roedores de mierda que tanto le gusta al de a lado y que hacen imposibles cumplir los anhelos al resto del universo. Más de lo mismos deseos insignificantes que penetran en la memoria de aquel, haciéndose muy bien del pelotudo, entre sus uñas, y lo que dicen los demás.

Prepongo para este nuevo año (algo decente, hay que variar un poco) que no nos aburramos. Porque cuando lo hacemos es justo ahí que empezamos a querer joder al “Otro”. ¡Pobre! Recibe ya tantos palos todos los días. Intentemos no reventarlo más.
De verdad, ¡no nos aburramos! Sabés, podemos usar nuestra imaginación para lograrlo, ¿quién nos lo impediría? Este es mi deseo.
Interesante. Haríamos muchas cosas divertidas.

Y así te vas 2007. A muchos chanchos hiciste engordar, y a muchos Boludos Importantes lograste confundir más. Así te vas, con tus cartas bajo la manga, apurado, hacia algún tacho de basura.

¡Bienvenido morochito 2008! No sos mucho pero sos todo Así, aparecés entre ilusiones y expectativas, entre más de lo mismo y nuevos 366 días de oportunidades (uno de yapa).

Amigos… ¡Feliz Año! Y ya saben… ¡Paz!

jueves, 27 de diciembre de 2007

Donde no quisimos ir nunca

“Los hombres somos unos siervos de los prejuicios, le había dicho alguna vez. En cambio, cuando una mujer decide acostarse con un hombre, no hay talanquera que no salte, ni fortaleza que no derribe, ni consideración moral alguna que no esté dispuesta a pasarse por el fundamento: no hay Dios que valga”.
Gabriel García Márquez
(más que un grande e inspirador)


El ego de los dos nos llevará hacia donde no quisimos ir nunca: hasta vos, hasta mí. Pero, y estoy más que segura, será tarde. Siempre es tarde.
¿Por qué es ahora o no será nunca? ¿Por qué lo deberíamos hacer bien ahora y no mañana? ¿Por qué los minutos ya salen a bailar y no después de las doce?
¿Quién romperá este silencio, tan transparente, y que dice mucho más de nosotros? Es un idioma tan cifrado que ni nosotros lo deducimos. “Es como entender lo que escribís”, me dijiste alguna vez.
¿Qué haríamos después de lo de siempre? Nos sacudimos para ver si se nos caía alguna idea. Nada mejor: nos vemos en alguna otra oportunidad. Volvé a eso que tanto querés, y que no seré nunca yo. Mientras, regreso al intento de descifrar esas palabras que escondés en la mirada.
No digamos nada (no rompamos el silencio), se va a notar que me mentís y que te miento. Nos engañamos para no decirnos la verdad que igual y más precisamente, quedaría como mentira.

¡Me manchaste el destino! Vos, Futuro Detestable, que siempre intenté dejarlo para más allá, y ahora está entre las piernas de un capricho, de un puto capricho de este malmirado destino.

“No fue ni la casualidad ni la floja causalidad la que nos encontró entre todo ese barullo. Fue esa manía nuestra de todos los días. Esa de despreciarnos tanto el uno al otro.”

sábado, 15 de diciembre de 2007

Esperarte

¿Por qué forzás todo para que te duela y te olvidas sólo cuando tenés ganas?

Nuestro personaje de hoy se dio cuenta de que se encontraba solo. Todo su alrededor se había esfumado, cumpliéndose su deseo de la noche anterior. Sucedió tan rápido que nadie pudo darse cuenta. Como para variar, nadie había sacado las narices de su propio reflejo ni tuvo dos segundos para pensar en él.
Eran muchas las cualidades que esperaba encontrar en este nuevo mundo vacío y todo suyo: paciencia, confianza, seguridad, esperanza, fe por lo menos en él… Otra vez, se sentó a la mesa a conversar con su sombra, y logró cruzarse con lo que es.
No es tan fácil estar todo el tiempo actuando para no ser uno mismo. Lo que esperabas de alguien es lo que esperás de vos… “Esperar lo peor de la gente”, había dicho…ese si que siempre fue un buen consejo. Todos con sus cartas bajo la manga, todos esperando lastimar a los demás. ¿No caes en la cuenta que es asqueroso nuestro egoísmo? ¿No caes en la cuenta que es enfermo aquel silencio?
Nuestro personaje de hoy se refugió detrás de lo que decía que era. Pensó que era un lugar perfecto, seguro. ¿Dónde está que no se encuentra?

Y escribir sobre vos me fascina pero no son más que vueltas y vueltas sobre palabras que ya dije. ¿Existirán personas que no se confunden?
Si alguien llegase un día y te dijera que sabe exactamente lo que es para vos. Que lo ha visto en un sueño (este ser supone tener la experiencia, la cabeza en frío, y un alma abierta). Te pide, entonces, que abandones las ilusiones que pudiste recoger por los suelos de tu vida. Pero ¿dónde quedarán tus palabras y las primaveras que esperabas florecer? No habías logrado aún encontrar alguien que pueda darle la luz suficiente. Porque como siempre, mezquinabas luz y esos mismos tristes años de ayer, sólo por esperar flores en la mañana.

Nuestro personaje de hoy se preguntó más de lo que sentía. Nunca recordaba lo que había hecho ayer. ¿Será bueno el mañana?
Y ahora, el pensamiento y la idea del mañana entre sabores de ayer.
Agrego: nuestro personaje de hoy somos cada uno de nosotros.

Te quiero contar algo

En una de esas tardes de tereré en mi casa, después de compartir esas reflexiones que solemos darle a la vida, y que a veces nos empeñamos en tener, Caro, me regaló estas líneas.
¡Gracias amiga por escucharme (especialmente todo el viaje a Pipo, puedo ser muy delirante, se sabe) y estar conmigo en mis búsqueda de felicidad!

Sinceramente, muy lindas palabras las próximas…

Te quiero contar algo…

Una vez empezó una historia. Una que cuenta una vida, vida de gente rara, aunque en realidad todos dentro de sí mismos encierran algo raro y único.
Esta vida se alimentaba de recuerdos, los recuerdos de un pasado que a sus ojos siempre fue mejor…
Y su presente y su futuro se confundían. Se perdían en una especie de magia que encierran los cuerpos que nunca quieren mostrarlo todo.
Esta vida pensaba en los años pasados, meditaba sobre lo que fue y lo que debió ser.
Y así andaba, como un triste añil de recuerdos.
Caminaba y se perdía. Todo a su alrededor se encubría en ese mundo oscuro de lo que no es y debe ser; esa ideología que te confunde y te miente a veces. Y se pasaba su vida, vida que en realidad nunca fue vida.
La gente no era gente, sólo era un montón de cuerpos de burbujas que rondaban los espacios y se acercaban a veces buscando cosas, o beneficios, y no la querían… al menos no como esa vida esperaba.
La vida, que desde un principio era gris, se fue tornando cada vez más oscura. Y la oscuridad la hacia confundirse más y perderse. La vida ya no sabía distinguir entre lo pasado y lo actual, entre lo que imaginaba y lo que pertenecía a lo cotidiano.
Pérdida y triste desandaba sus recuerdos, y salpicaba con ellos a cada nuevo encuentro, y esto la hacía sentirse más incomprendida, llena de miedo.
Tenía miedo pensó un día y creyó que encontró la solución. Pero aún seguía viviendo del pasado.
Y se encontró a miles de burbujas que andaban a su alrededor, todas ellas de un color diferente, algunas tan grises como ella, y otros de unos colores brillantes pero indefinibles, con matices que te hacían perder el sentido.
Las burbujas de vida que flotaban a su alrededor también estaban encerradas. Tal vez, no en sus recuerdos, sino en mini munditos de cristal. Mundos, que le impedían ver con claridad a las otras burbujas, y si veían tenían ciertas concepciones difusas de las demás.
La vida se dio cuenta que no era la única que no sabía donde iba, y pensó que había hallado una solución. Pero aún seguía viviendo en el pasado.
Y así cayó una y mil veces pensando en su pasado, sin darse cuenta que vivía, viviendo del pasado.
Hasta que un día una burbuja chocó con ella, la lleno de color de fantasía. Y pensó que había hallado una solución. Pero su pasado de haber vivido en el pasado la condenó. Porque su pasado ya no tenía importancia, y su presente... Su presente no era más que una mala versión de su antiguo pasado.
De Carito… una especie de cuentito…