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lunes, 21 de diciembre de 2009

Nosotros, los Otros de siempre.

Te parece más fácil decir que estás en otra parte.
Es mucho más sencillo aparentar distancias que lograr acercarnos de verdad.

Hoy por hoy (sin divisiones) nuestra cercanía esta mediada por algún que Otro recuerdo que quedó escondido. Ya no me importa en qué lugar, ya no me interesan ese tipo de búsquedas.
¿Cuánto tiempo nos tardará llegar a darnos cuenta que esas distancias no son más que apretujones dentro del mismo espacio, dentro del mismo pequeño Mundo de nuestro alrededor?

Nosotros, los Otros de siempre, pretendemos originalidad.
Nosotros, los Otros de siempre, buscamos reconocimiento.
Nosotros, los Otros de siempre, anhelamos espacios en carteles de publicidad.
Nosotros, los Otros de siempre, ya no buscamos encontrarnos en los ojos del Otro, sino en reflejos y grupos de píxeles.
Nosotros, los Otros de siempre, jamás llegamos a ponernos de acuerdo ni lograr estar cuerdos.
Pero Nosotros, los Otros de siempre, somos nada más que más de esos Otros.


Entre apretujones, nos encontramos…
Distintos pero de los mismos parecidos de siempre
Parecidos pero con las mismas diferencias de siempre.

Entre apretujones, nos desconocemos…
…De esas distancias te hablaba mientras mirabas un enorme carteles de colores y luces brillantes. Ya estábamos distantes, uno a lado del Otro.
A lado del Otro… que volvía a aparecer en esta historia.


miércoles, 14 de octubre de 2009

Veranos de algún 2000

Verano de algún 2000 que no pretende volver.

Son algunos de estos comienzos, que siempre nos nombran, los que prometieron venganza. Y después, se me vienen a la cabeza las Disculpas que suelen olvidarse de las flores.

Y alguna noche calurosa de ideas, te necesitaba para volver pero me dejaste en la mitad del camino de algo. No fue la primera vez pero sí la última.

Una última mitad del camino de algo que me dejó estancada justo ahí: en esos recuerdos de lo fue… y siempre en pretérito… y siempre manchando lo que queda.

Pese a todo, yo volvía para encontrarte justo cuando ninguno de los dos éramos los mismos (a esta historia ya la he escuchado en algún momento de esa mitad de algo)

¿Encontrarnos? Mas bien, re-ubicarnos en un espacio que no coincide con veranos de algún 2000. Posicionarnos para volver a pensarnos como antes: como lo que tanto forzamos para que pueda ser, como lo que ya no queremos ni mucho menos –podemos- ser, por lo todo lo que escondimos debajo de palabras dichas.

Pero nos topamos de frente cuando logramos entender que el Otro era nada más que eso:

El Otro hoy formaba parte de algo que -pese a las contradicciones que muchos de ustedes puedan llegar a pensar- era un Nos-Otros.

Verano de algún 2000 que ya no tiene lugar.

Finales que se olvidaron de esconderse.

Rencores que aman de más.

Sobre lo que pisamos de hoy, del pasado queda poco y más que nada. Y al encontrarnos en alguna ciudad de 2000, ya no encontramos explicaciones. ¿Para qué? ¿Qué más da ahora?

En veranos de algún 2000 empecé a pensar en lo que significaba la palabra “todo”, nada tenía que ver con los momentos y las acciones. Eso ya no importa, lo que es crucial es la memoria que siempre tiene un doble discurso: nos dice que va a ser nuestra para siempre pero a cada instante muta cuando nos damos vuelta un ratito.

“Todos tenemos dos memorias y dos cabezas. Una memoria que la muerte mata, brújula que acaba con el viaje, y otra memoria, la memoria colectiva, que vivirá mientras viva la aventura humana en el mundo. Una cabeza de barro, que será polvo, y otra por siempre invulnerable a los mordiscos del tiempo y de la pasión.”. Eduardo Galeano en “Tu otra cabeza, tu otra memoria” (Úselo y Tírelo, 1994)

De esta manera, que más da aventurarnos a volver hacia atrás… hacia “veranos de algún 2000”

viernes, 4 de septiembre de 2009

Un fiel reflejo

Es una noche fría... Ella trata de pensar y de seguir a su corazón, no quiere sentirse mal pero no encuentra una solución inmediata. Suele pensar en sus sentimientos y volcarlos sobre un papel... Trata de cambiar su vida pero no encuentra el camino correcto. Tiene demasiadas preocupaciones y siente que ninguna voz amiga la comprende, sabe que tratan hacerlo pero todo es muy complejo para buscar explicaciones.
Vivía en una cajita, tal vez de plástico... La protegía pero eso no siempre es bueno, le tocó salir al mundo con ideas poco realistas, pensaba que el camino era fácil y vio frustrados muchos sueños... Casi siempre baja los brazos, porque nunca aprendió cómo pelear por ellos... Piensa en los demás.
Nunca quiso ser así, siempre salía al frente y demostraba su presencia. Hace unos años se apagó. Sale y vive "tranquila", grita si es muy necesario... Cuida sus palabras y se rodea de personas que saben decir que no...
Dormía en sus sueños con un extraño peinado y zapatillas rotas... Y su mundo era de color pastel.
Un día, la cajita, tan frágil, se rompió sin razón aparente, ella daba vueltas sin sentido alguno queriendo ver al horizonte sin prestar atención a los caminos que se abrían... Nunca pensó en lo difícil que sería afuera. El aire, los aromas y su color pastel conocido se desvaneció, no encontraba explicación alguna y decidió navegar sola por un tiempo, vivía en las frases fáciles y en su verdad menos compleja, "todo es más fácil si te engañas", pensaba.
Se escudaba en la frialdad, en su supuesta carencia de sentimientos, pero ni así conseguía salvarse de ese mundo tan complejo... Callaba, ¡¡¡mucho silencioooo!!!
Con el tiempo comenzó a perder cierta esencia que la caracterizaba... Sus sonrisas no eran falsas pero costaba verlas... Aprendió a sobrevivir de una manera poco satisfactoria para ella, pero funcionaba.















Al tiempo de esa mentira se vio reflejada en una persona y dejó que los muros cayeran, ya no se dejaba ver tan fría… Toda esa mentira se caía a pedazos. Trato de sentir sin demostrarlo, "eso es imposible", pensó, y se liberó de esa careta que había mantenido tanto tiempo, se dio cuenta de que siempre estuvo allí...
Esta persona parecía entenderla, sin juzgarla... Ella fue perdiendo los miedos que la habían mantenido tanto tiempo en una vida "segura"... Eligió pensar que los sueños tomaban forma y resurgían sin mucho esfuerzo.
Algunos de sus miedos siguen intactos pero no están tan latentes, ya sabe que debe pisar suelo firme si quiere seguir adelante. A veces como esta noche la siento triste, tal vez ella no sabe bien que sucede pero en el fondo parece como si estuviera vacía por momentos.
Ver pasar la vida, nunca fue una opción para ella, y ahora lo está haciendo... Nunca quiso estar insegura y ser dependiente... Y ahora parece estarlo... Nunca quiso callar y ahora...

Es bastante compleja para su simplicidad aparente, antes pedía de más y ahora no lo hace por miedo.
"Las cosas no siempre salen como uno quiere" para ella siempre fue nunca... Esto de estar rodeada de tanta gente y sentirse sola es común en ella y piensa que no encuentra la razón.
Cayó en lo que tanto temía, su miedo puede hacerse una realidad y el miedo a acostumbrarse a eso la hace llorar ciertas noches, noches como esta...
Aprendió a sonreír y a decir que sí cuando no esta tan segura... A tratar de entender cosas que antes eran incomprensibles... Sabe que es dar y recibir, pero no siempre recibe y dice “todo bien” cuando en realidad no sabe si lo está, "a veces eso es más fácil para los demás" piensa...
Entendió que la comunicación a veces para ella, no ayuda y más si no la practicó antes, ya que le cuesta expresarse. Me doy cuenta de eso porque piensa tan fuerte en qué decir que retumba en mi cabeza, en esas noches que ensaya una y otra vez. Pero no siempre escucha esas respuestas que daba el pie para que siga con su idea y de pronto se desmorona, tiembla, se queda callada y no sabe cómo seguir, es una capacidad que antes dominaba, habrá quedado en el camino esa cualidad… Nunca me contó donde.
En este momento la veo mirando al vacío, con los ojos medios perdidos que por momentos se llenan de lágrimas pero se vuelven a secar, pienso que hace balances de las cosas malas y enseguida aparece ese recuerdo que la hace reaccionar... La veo reírse y decir algunas palabras tratando de contagiarse de esas fuerzas de los demás.
La veo reír y reír sin parar el día entero, será que estoy tan conciente de lo que siente que hasta en esos momentos encuentro fracciones de segundos en que se desconcierta... Tal vez no es así.
Espero que salga adelante teniéndome en cuenta porque siempre estuve, su voz interior, que siempre que necesite un empujón le recordará que no siempre está sola, que deje de ser esa sombra y trate de ser su fiel reflejo sin que importe qué consecuencias traerá eso... Siempre le digo que va a sufrir pero sólo si toma malas decisiones y uno nunca esta exento de hacerlas... "No te arrepientas y aprende de ellas" le grito, pero va a costar que aprenda a levantarse y a seguir adelante.

Autor: Johana Rotela

lunes, 24 de agosto de 2009

"Veintidós pasos hacia algún costado"













“Hay quienes dicen que el camino te enseña cosas. Yo no lo sé.” Jorge Drexler.

¿Qué podemos decir para nombrar lo que ya hemos dicho tantas otras veces?
No pensar en los años nos ahorra la melancolía de muchos otros… que ya vienen y nos esperan. Pero pensarlos, ponernos encima de ellos nos permite llenarnos el alma, cargarla de significados. Es por eso que no puedo evitar pensar en estas las fechas, aunque al mismo tiempo considero que ya no pesan tanto en el sentir de todos los días y no se cual sea la razón para que éstas formen parte de un vacío por llenar.
Pensándolo un poco mejor… volviendo para atrás son casi siempre las mismas sombras las que se asoman, y son las sombras de la Soledad la que nos envuelven e intentan vaciar las almas. La Soledad, como los Otros, nos rodea, nos acecha pero la diferencia es que la Soledad no se va, sigue ahí pese a la muchedumbre, pese a los Otros.

Creo y confirmo -con el paso de los años como fuente histórica positivista- que los actos cometidos en otros tiempos repercuten en nuestro presente. Y mucho tienen que ver esas buenas o malas conductas que luego se te aparecen y te hablan de cerca, y te pegan tan fuerte. Seguramente será por esa razón que mi destino se apartó de mí. Se cansó de que repitiera las mismas frases año tras año. Se cansó de que le echara la culpa de todo.
Las distancias con mi destino no son no son solamente de nuestros cuerpos sino casi siempre son de nuestras almas y nuestros actos. Las acciones que van formando lo que somos son cada día más distintas de lo que fueron ayer. Sentarnos a recordar y atar hilos ya no es lo nuestro, ya no nos sirve de nada. Ahora son esos sueños, que alguna vez se habían quedado en al atrapa sueños que me regalaste, los que estoy necesitando. Ese aparatito que aprisiona a casi lo único que damos al Mundo, se quedó en algún lugar que no recuerdo y al cual no me dejan volver.
Y es así que vivimos machacando al pasado para ver si todavía le queda algo de jugo, si todavía le queda algo para dar. Es una buena idea para ahorrar en épocas de crisis (esas que siempre están de moda). Así, con los restos de ayer hasta podemos ser nuevamente lo que fuimos -menos originales, pero en fin-… ¡Hay que ahorrar!
Es por eso que al presente lo tenemos para que sea un futuro pasado. Mañana tal vez nos sirva de algo; hoy todavía es nuevo para que lo utilicemos pero próximamente su cotización será mucho más elevada.
Quizás para ahorrar un poco en un primer momento me conformé con este recurso. ¡Había tanto de ayer por usar! Pero en algún otro momento que le sigue a la primera impresión, caí en la cuenta que reciclando pasados jamás llegamos. Y fue así que jamás pude llegar hasta vos.
Pero… ¿Qué es lo que buscamos? ¿Hacia dónde queremos ir? ¿Por qué elegimos tal camino y no otro? ¿Quién te puso en mi camino? ¿Quién te apartó de mí? ¿Quién hace que te recuerde?
- - Lo que ya no tiene nada que ver me esconde siempre sus sentidos. - -

Hoy, en fechas para volver a ponernos a contar –cosa que no suelo hacer- me cuesta pararme frente a mí misma, frente a los espejos que reflejan las palabras. Aún me está costando horrores, me está llevando meses. Y son ellas, las palabras, las que la mayoría de las veces me dan miedo porque prefería que sigan sus caminos, que no se quedaran grabadas. Pero hoy… además del decir, ¿qué hacemos?

La felicidad suele entubar mi cabeza, la encamina por un mismo cauce, ya no podrá tener Otro. El mismo lugar por donde irán los mismos felices -¡y como no!- los mismos infelices de siempre.
Pero esperen…. Algo me está llamando.... Quizás sea mi destino que se había ido. Quizás esté queriendo volver… Pero no, no era él, todavía no es tiempo de volver, pensé.
- - Muchas veces las ofensas duelen tanto que aún si regresamos jamás somos los mismos. - -

El volver a contar fechas nos acerca a lo que fuimos, somos y seremos siempre: ayer, hoy, y a lo que dicen que es mañana.
El volver a contar fechas me lleva veintidós pasos hacia un costado en el cual pareciera me acostumbré a estar. Me permite mirarme desde lejos, y quizás un poco mejor. Pero aún no se cual sea el costado en el cual estoy… El haber estado contando fechas de ayer me confundió un poco.
Mil disculpas, la felicidad suele entubar mi cabeza.
Ita!
18 de agosto de 2009
Posadas, Misiones.

martes, 4 de agosto de 2009

Son las orillas las que nos impiden ver

Ahora todo pasa por el mismo lado del río y ninguna de las orillas desean ser molestadas con manchas que las empujan hacia adentro, hacia un adentro que no las reconoce. Este río nos lleva y nos carga a todos: a los Otros, a los DeMás, y los de Sobra. Pero ¿hacia dónde? Nunca me llegué a enterar, jamás me quisieron contar.

Las orillas y el río todavía no se han puesto de acuerdo, como nosotros. Por ahí es por donde sigue nuestra historia.

[--- Me gustaría resaltar, una vez más, que a los cuerdos no le pasan estas cosas. A los cuerdos, vale poco la redundancia, le resulta sencillo ponerse de acuerdo. Pero a nosotros (los Otros) no. ---]

Intentamos ir con la corriente del río –no contra ella como costumbre-, para que nos manche, para que se nos pegue más el cómo son Ellos. Pero sin caer en la cuenta, estamos de nuevo empujándonos hacia las orillas, cansados de intentar un curso como el de los DeMás, sin lograr tener éxito.











Fue así, que sin querer terminamos enfrentados. Vos en una orilla, y yo al otro lado del río. ¿Cuándo dejamos de hablar del Otro? ¿Cuándo nos escapamos? Hoy me cuesta verte al otro lado, muchas veces pienso que el río me lo ha prohibido. Y ahora ya no importa porque a vos tampoco te importa.

El río siempre nos lleva por otras orillas, y nosotros ya no nos reconocemos. Quizás mezclados con esos otros bordes del río, seguimos siempre mojados, y ansiosos de llegar a algún lugar. No importa cual sea porque jamás volverá a ser el mismo por el que ayer supimos andar: vos y yo, el Otro y los DeMás.

viernes, 10 de julio de 2009

Esperanzas de un nuevo verde

Saqué algo de verde del paisaje
Intenté que sea solamente una pequeña porción
Para que nadie notara aquella falta.

La tomaba para luego devolverlo.
Con esa porción de verde intentaría construir algo nuevo.
Para los dos, ¡cómo olvidarnos!

Cuando creciera lo devolvería
Al lugar de dónde lo había tomado
Era lo justo, no tenía dudas.













El nuevo verde logró crecer
Costó que se adaptara a nuevos aires –ya no tan buenos-
Se esforzó para poder darnos más de su color.

Nunca entendí su esfuerzo y gratitud
Hacia seres que se olvidan de sus espacios
Pero era de otros pagos, otras formas de ser.

Cuando volví a devolver lo prestado
El viejo verde ya no estaba
No poseía más lugar, se había ido.

Hoy, lo nuevo vive en el lugar de lo viejo
Agotado, el verde intenta persistir
Pese al final de su antepasado

Tiene anhelos para el futuro
Cree en algún futuro
En fin… esperanzas de un nuevo verde paisaje.

lunes, 23 de marzo de 2009

“Parece que no quieren ser civilizados…”

Éste fue un comentario que escuché por los pasillos de la facultad. A quién o a quiénes se referían no importa, es lo mismo. Lo que me chocó de la frase fueron esas palabras que solemos usar sin ponernos a pensar qué significan, a qué lugar de la historia corresponden o qué procesos se ven involucrados.
Las escuchamos en todos lados y de distintas formas: “van en contra de la modernidad, del progreso”, “todo cambio siempre es en pos del bien”, “le debemos mucho”, etc., etc. Y no solamente toman forma de frases, sino de palabras que machucan lo que somos por fuera y por dentro: países sub-desarrollados, del tercer mundo, en vías de desarrollo, pobres, indios… ¿civilización versus barbarie?
A partir de esto, surgen en mí preguntas que espero nos lleven a nuevas frases y conceptos, más acordes a lo que somos…
¿Progresar hacia dónde?
¿Modernidad con respecto a qué?
¿Quiénes ejecutan y son responsables de los cambios?
¿Quiénes ponen los nombres a la historia, a la vida, a lo nuestro?
¿Quiénes son los encargados de sacar las cuentas de lo que supuestamente debemos?

Al oír estas frases ellas me remontan hacia Otros tiempos, hace alrededor de quinientos años atrás (un poco más, algo menos), y se me agita el pecho. Dentro de mí se va acumulando la bronca y el dolor y las preguntas no se acaban…
¿No eran esas mismas frases las que se escuchaban en boca de los “recién llegados” refiriéndose a las comunidades originarias que se resistían a abandonar lo suyo por algo que no comprendían porque nada tenían que ver con ellos, con su historia?

En pos del desarrollo, la modernidad y la civilización se dieron: apropiaciones (y exportaciones) de los recursos naturales y minerales de América Latina llevados en grandes barcos a Otras lejanas orillas, la esclavitud igual a mano de obra baratísima que enriqueció y enriquece a esos países autodenominados del “Primer Mundo”, ciclos productivos que dejaban improductivos a nuestro suelo (cacao, banana, algodón, caña, son algunos ejemplos), instalación de empresas multinacionales que nos “acercan” la modernidad y el progreso a un precio muy alto (ferrocarriles, automóviles, petroleras). La lista podría continuar, son unos cuantos cientos de años de historia. (*)

Pero hoy seguimos utilizando las mismas frases, y lo hacemos como un acto automático de nuestro lenguaje cotidiano. ¿Qué lugar ocupa la crítica y la reflexión?
Ya no importa que la historia universal nos trate como los de atrás y que haya olvidado la historia de esta tierra hasta que tres carabelas (¿calaveras?) pisaron estos suelos. Pero lo que sí nos debería importar es que nosotros nos sumemos a esos discursos sin pensar en lo que implican.
¿Discriminarnos a nosotros mismos?
¿Cuándo sería el tiempo de cuestionarnos sobre la historia que Otros construyeron para nosotros, y cuando sería el tiempo para que demos cuenta de nuestra propia historia?

Dentro de este espacio considero a las palabras como tesoros al final del arcoiris. Las palabras no son inocentes, son discursos valuados en peso/oro que nos definen como personas, como comunidad. Hablan de la historia que nunca es “universal” sino que son Historias (en plural) diversas, distintas, contadas por voces que muchas veces se contradicen y que nunca siguen una sola línea cronológica.
No me gustan los extremistas, no quisiera ser uno de ellos. Por este motivo, rescato que cada uno de nosotros tiene su propia forma de pensar que habla de su historia, su experiencia. Pero lo que no podemos dejar pasar, pese a estas circunstancias, es al tiempo de la crítica, la reflexión sobre los procesos que llevan encubiertos a esas frases para nada simples e ilusas.
Es necesario que hablemos desde nuestro lugar, ya no creo futuro sino muy presente en lo que hacemos, de comunicadores y pensadores de los discursos sociales para no quedarnos con cuentos viejos, ya pasados de moda y de historia.
¿No es tiempo de re pensar y hacer de esos discursos, discursos sociales verdaderamente responsables?

Quizás “le debamos mucho”…
Pero nunca olvidemos que “ellos nos deben mucho más”…


(*) Quien lo dice mucho mejor (una fuente riquísima a través de los años desde su publicación) es Eduardo Galeano en “Las Venas Abiertas de América Latina”.

lunes, 9 de marzo de 2009

Te presto un espejo… por las dudas

Logro caerte más que bien porque tengo un espejo similar al tuyo debajo de una manga. Hoy en día, las cartas debajo de la manga, como moda que han sabido ser han sido desplazadas debido a que las cartas siempre son las mismas predecibles (no se ajustan a los momentos), y los espejos combinan con todo lo que tienen en frente, son siempre idénticos, perfectos a estas situaciones.
Por esta razón, tengo uno para cada situación. No creo ser la única.

Con mi espejo en la mano, me cruce con vos. Simplemente con un vistazo, descubrí tu espejo debajo de la manga. Me dijiste que te encantaba estar conmigo porque éramos iguales. El mismo comentario te escuché decir luego de unos segundos a todas las personas que estaban en el lugar. Es que con todos esos espejos ¿quién no puede ser como el otro?
Al escucharte hablar, me intrigaron esas cuestiones de lo que somos, intentamos ser, intentamos ocultar y de lo que damos por oculto pero que siempre se logra ver por debajo de alguna alfombra, por detrás de algún espejo. Ejemplos hay por miles a nuestro alrededor, hasta uno mismo cae bajo mantas que cubren poco o más de lo que somos y decimos ser.
Pero hay veces que esa “basurita” debajo de la alfombra, los “DeMás” ya la conocían. No les importa lo que te atormenta de vos mismo, pasará perfectamente por alto/bajo si no nos empecináramos en ocultar formas Deformes.
¿Quiénes somos? ¿Lo que decimos que somos o lo que se ve?
¿Quiénes somos? ¿Eso que se piensa y nos creemos o lo que decimos pero no encaja?
¿Quiénes somos? ¿Lo que refleja el mismo espejo de ayer o lo que se ve en el espejo del Otro?
¿Quiénes somos? ¿Una suma de granitos de arena derretidos o una suma de excusas rebuscadas?

Lo que me olvide de nombrar al comienzo es que hoy por hoy los espejos reflejan lo que “les canta”, y nunca son los mismos de ayer, que dicen mucho más que un simple reflejo, y que nos suelen engañar con promesas de fidelidad eterna.

viernes, 20 de febrero de 2009

Una Excusa y $2 en los bolsillos

Busqué alguna Excusa para que pudieras de nuevo volver hasta mí.
… Era la situación perfecta, estabas ahí, nos encontramos, volviste hasta mí, no fue muy difícil…

A la Excusa la encontré dando vueltas por la ciudad, andaba un poco perdida, esperando alguna oportunidad para que alguno la use y se olvide de ella.
Le encantaba sentirse necesitada, tomada, pero siempre le quedaba dando vueltas por la cabeza el hecho de sentirse utilizaba. Pretendía algún día ser algo más.

De eso consistía la vida de la Excusa. La tomaban, la sacaban de algún bolsillo y en ese momento era perfecta, era hermosa, era la ideal.
Podía llegar a ser lo que nosotros quisiéramos que fuera. Nunca decía que no. Jamás le molestó que por la calle, donde perdida deambulaba (aunque todos la conocían muy bien), los rumores la hacían pasar por “rápida”, “fácil”, “ligera”.
Después de ese momento, ya no servía. La abandonaban en la misma ciudad, para ella siempre distinta. La dejaban en rincones de recuerdos, mezclada entre la Nostalgia, la Mentira, la Costumbre, un Destino perdido de otros lados, algún que otro gato callejero, y con $2 en los bolsillos.
No recordaba ningún nombre, ninguna calle, ningún rostro. Sólo sabía y presentía que la volverían a buscar. Y era exactamente como ella lo pensaba. Nunca faltaba alguno que la tomara sin su permiso, solamente para su beneficio personal, y la tornara a su estilo y conveniencia.

Nunca supe si esto era lo que quería en verdad la Excusa para su vida. Suponía que le quedaban muchos años, suponía que tenía varios años de uso por delante.
Nunca supe donde era su paradero. Jamás nadie se interesó en preguntarle nada: si necesitaba algo, si era feliz, qué había soñado ser cuando era pequeña, de qué lugar provenía, dónde quería ir…

Nunca supe dónde fue a parar después de aquel día en el cual para mi fue perfecta, y logró que volvieras hasta mi. Pensé en buscarla para agradecerle el favor recibido. Ahora creo que es ella la que se esconde, y que jamás es la misma.
Son Excusas con el mismo disfraz.

lunes, 26 de enero de 2009

La historia no era parte del combo

“No era lo que esperábamos… no nos estábamos esperando… es decir, nunca me esperaste, y no fue solamente porque jamás supiste que esperábamos algo sino porque no querías esperar nada, y mucho menos a mí.”

Suelo decir lo que me motiva entre líneas… líneas que unían lo que se consideró nuestro, y entre ellas más de lo mismo: nada para variar. De este modo se apoderó de mí una manía de inventar situaciones, emociones y esperanzas de espera que me llevó por unos caminos que los “inteligentes” preferentemente esquivarían. Así, volví a terminar en tu recuerdo, antes había sido en otro, mañana seguramente te llamaré de otra manera.

... Quería tener presente tu nombre todo el tiempo. Pero ahora ya no sabes donde se va lo que no fue, y no tenés ni idea dónde guardamos todo lo que surgió entre nosotros. Hoy mi nombre no te incita a nada, no te lleva a ningún lugar… y tu nombre suele llevarme hasta algo que jamás nos diremos y que a nadie interesa.
Me cansé de escaparme. Así que, siempre nostálgica, continúo buscando “más allá” para que pueda hacer que encaje “más acá”. Continuo no pudiendo ver nada, no encontrándote entre la gente. Y aunque busqué, y no hice otra cosa que buscar, ya no nos encontraremos por los destinos entrelazados de otros días...

En algún momento del presente caí en la cuenta que las distancias las creamos nosotros mismos. Mi manera de verte es evadiendo tu mirada. Tu forma de verme es escondiéndome en tu recuerdo, que surge en momentos en los cuales ya no existimos para el otro.
La historia nunca fue parte del combo, en éste solo entraban algunos besos, escenas de celos, momentos de incertidumbre, ratitos de pasión, nombres que no eran los nuestros…
Que hubiera existido una historia era mucho pedir… más que gastar, más palabras que inventar, más besos y golpes bajos por dar.
... (Entre nosotros dos)... siempre esperamos recibir, jamás dar algo.

lunes, 12 de enero de 2009

¡Re-Novo el año!2009, Bienvenido Seas Tú Presente Año Entre Todos Los Años

Otra vez expuestos a estar separados simplemente por un pie de distancia de un inicio que se re inventó con los días que fueron pasando.
De esta manera, me encontré de nuevo frente a letras dispersas entre sí. Al unirlas me propuse exponerlas, desnudarlas frente a tus ojos, y tu crítica. Debo aclarar que no pudieron faltar a estas Fiestas, clásicas y recurrentes en los finales de año, y que aunque llegaron un poco tarde, a las doce ya estaban pasadas de copas. Quisieron estar presentes, algunas con trajes de gala, y en su mayoría en harapos de colores, para hablarte de nuevos caminos que surgen al traspasarlas, de nuevas formas que sólo con tus manos pueden tomar sentido y valor, de nuevos segundos que sólo vividos formarán momentos que recordarás para siempre.

El tiempo tiene la costumbre de hacer que sintamos diferentes a esos vientos que dejan marcas en la piel y en el alma. Esta última, se va saliendo de su lugar para ocupar un sitio más o menos importante, todo depende del lado del vestido que le estiremos más… todo depende de lo que le vamos exigiendo.
De esta manera, con las marcas que el tiempo nos deja, nos ofrece más de lo que podemos percibir al primer instante. Nos deja un pañuelo para los momentos difíciles; una copa para los logros; un encendedor para los ratos de pasión; un número para llamar en momentos adversos; papel y lápiz para anotar las buenas ideas; un nombre para gritar en los espacios donde puede invitarnos a pasar el Silencio; una mano para ayudarnos a levantarnos (¡epa! era la nuestra); una mirada para que nos perdamos en los versos; y demás objetos que dependen de nuestro “poder del mirar” para el lograr detectarlos.

Pero en este comienzo de año, las frases ya no llegan hasta mí. Tan convencionales no han logrado entrar en el lugar de mi inconciente donde solían ubicarse. La mayoría han perdido su sentido en mis palabras, y en lo que hemos vivido. Recordé que habían pedido y esperado para este año escuchar frases nuevas, más atrevidas, osadas; habían esperado que éstas cumplan todo lo que vienen repitiendo hace tantos años. Mucho pedir no está mal para estos repetidos comienzos.
Lo que pasó es que lo que las frases han olvidado es que todo lo que ellas comienzan a exigir dependen de nuestras verdaderas intenciones de ser, cambiar, llegar. Va más allá de palabras. Tienen que ver, como hace bastante vengo repitiendo, con nuestras acciones.

2008, pasaste mezclando sabores tan distintos, puntos suspensivos, aparte y finales; pasaste sin lograr aburrirnos pero tan rápido y tan mezquino con el tiempo que nos diste que ahora sólo quedas en esos recuerdos de lo que fuiste.

Y ahí llegó estrenando vestidos de nuevos días el 2009.
¡Bienvenido, Seas Tú Presente Año Entre Todos Los Años!



¡Feliz Año amigos!
¡Feliz Nuevo Año, entre otros que ya lo han sido, y otros por llegar!
¡Buen Año!... y nunca se olviden de pedirle más (de pedirnos más)